lunes, 20 de mayo de 2013

#SeCaeElCatavinosJerez, CRÓNICA DE UN TROLLEO ÉPICO


Aquí todo el mundo se ha aburrido alguna vez, ¿no? Muy interesante y frenética tiene que ser tu vida para no saber lo que es el aburrimiento. Poneos en situación: domingo... alrededor de las 23:00 horas... y teniendo que volver a la rutina después del finde. De nuevo a las 7 de la mañana del lunes hay que estar en planta. Pero claro, aquí nadie tiene sueño, porque el domingo nos hemos levantado de las 12 p'arriba. Los grupos de Whatsapp echan humo ante el aburrimiento generalizado y, en un momento de inspiración divina, nuestro ex-portero y tuitstar @FuckMG, soltó: "Illo, amo a crear un bulo en Twitter". El resto de componentes de este grupo maldito que nos llevará a la perdición (léase un servidor @VaronilR, @Ramirehh, @Litridetiron, @JaimeSotoMonge, @RafitaCulebrin, @JuanjoVidal24 y el otro tuistar @Kunecting, que pasa del grupo pero nos apoya desde la distancia), empezó a comerse la cabeza sobre qué demonios decir en Twitter para ver hasta donde llegaba la (falsa) noticia. Entonces, en un momento de inspiración y esplendor máximos, el componente que quedaba por nombrar, el excelentísimo e iluminado @Lpz14, exclamó: "Amo decir que sa caío el Catavinos".

Sinceramente no recuerdo quien puso el primer tuit, porque también se unieron a la bromita otros colegas como @selu_les @JuanluItal @quedecozas o @francmars. La cosa es que empezamos a poner tuits como éste (yo puse varios), éste, éste, éste, éste, éste o éste, e incluso creamos un hashtag "#SeCaeElCatavinosJerez". Con un par de tuits por cabeza, la cosa empezó a extenderse sin retorno. La gente pedía fotos por Twitter y otros incluso fueron al lugar a ver qué pasaba. Lo mejor, es que eran las 23:00 del domingo y, parándose uno a pensar un poco, los estudiantes a esas horas un domingo suelen estar ya en casa. Pero no. Llovían los RT's y las preguntas de si era verdad o mentira, hasta que con dos o tres veces que insistimos, esta broma se convirtió en realidad para Jerez entero. Unos hacían bromas con otras rotondas, otros pedían explicaciones, y otros, empezando a saber que no había pasado nada (los que más gracia me hacen), ponían verdes a aquellos que se lo habían inventado (es decir, nosotros). La cuestión es que "Catavino" llegó a ser hasta TT nacional unos minutos:


Como es lógico, hubo mucha gente que se lo tomó bien. Otros, sin embargo, se lo tomaron como una forma de "ensuciar la imagen de Jerez" o de molestar a los demás. No entiendo el por qué. Nos quedamos con tó Jerez, pero... ¿qué pasa? No es la primera broma o "bulo" que se hace en Twitter, ni va a ser la última. Éste tuit de uno de mis amigos lo resume fácilmente. Incluso se crearon dos cuentas con el único propósito de quejarse de la broma (@Catavinojerez y @Lauragcatavino), donde nos acusaban de ser unos frikis aburridos por hacer algo así. ¿Quién es más friki, el que hace una broma para echar unas risas ante la reacción de la gente, o quien se crea una cuenta anónima para criticar dicha broma? Creo que no hay discusión...

La conclusión que saco de esto es, en primer lugar (algo que me interesaba mucho ver incluso antes de empezar con esto) que la mayoría de la gente en las redes sociales se cree cualquier cosa que lee sin tener ni una sola prueba (algo que, en mi opinión, no debería ocurrir) y que crear un bulo en estos tiempos está al alcance de cualquiera. Por otra parte, y por desgracia, me entristece saber que una simple bromita que no hace daño a nadie (¿a alguien le dio un infarto del susto?) puede llegar a caer tan mal a algunas personas. Como dijo otro de mis colegas: "no sabéis reíros sin rajar illo, irse al norte, que sois tós unos tristes". Las risas nos las echamos nosotros, y aquellos que se unieron a la broma con otras bromas relacionadas. Ellos sí que saben. Las redes sociales no son una enfermedad. La enfermedad es de aquellos que no saben utilizarlas. Y sí, vuelvo a repetir que, sin maldad ninguna, nos quedamos con tó Jerez. El que se pique por algo así no merece ser de esta tierra. Si alguien me dice un por qué sensato a los enfados que tuvieron lugar, prometo comerme un bocadillo de mierda de caballo del Parque González Hontoria. Os quiero. ¡El Catavinos Vive!