Estoy tirado en el sofá del salón de mi casa escribiendo esto desde la BlackBerry con una desmotivación sistemática perruna rocambolescamente aplastante... y no esque yo sea un capillita, pero al ver y escuchar la que está cayendo ahora mismo en la ciudad por Onda Jerez y por la ventana respectivamente, me indigna sobremanera que llueva en Semana Santa cuando me he pegado tardes y tardes estudiando en mi cuarto con un sol a otro lado de mi ventana capaz de calentar cuarenta ollas de caldo de puchero.
Y esque tiene guasa que se moje la Semana Santa cuando hay gente que se tira todo un año preparándolo todo para que salgan bien las cosas, ésto añadido a un frío y un viento propios del que va en una moto en diciembre en mangas cortas, chanclas y con el pelo mojao. Además de mojarse el pasado lunes y el día de hoy, tiene toda la pinta de que la madrugá también se va a quedar con las ganas. Y el viernes ya ni te cuento.
Como he dicho, no soy de los que se dan un lote de llorar con estas cosas, pero me gusta el ambiente de la Semana Santa y hoy estoy mosqueao perdío. El año pasado me puse chorreando en la madrugá, y este, con dolor en mi alma, no me la pienso jugar. Si escampa, vámonos que nos vamos. Si no escampa, me quedaré en casita al borde de la locura tras un día entero encerradito.
Dicho todo esto, me he quedado agusto, aunque sigo cagándome en tó, especialmente en el tío que elige el tiempo, que seguro que estaba de guasa cuando eligió el tiempo de esta Semana Santa. Me juego la vida que el lunes a segunda hora hace un lorenzo de los que tienes que bajar la persiana para no achicharrarte el pescuezo.
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