Llevaban el Ismaé, el Lolo y el Rafaé desde que nacieron metidos en una cueva de Nerja (Málaga), completamente atados de pies, manos y cuello. Nada más que podían mirar para adelante, no se podían mover. Detrás de ellos había un bidón grande con una candela más grande todavía, y detrás de esta candela estaba la salida de la caverna, por donde pasaba gente con tiestos y cacharros. De esta forma, estos chavales solo podían ver las sombras de estas personas (y animales) que pasaban por detras del fuego, reflejadas en la pared que tenían enfrente. Por culpa de estas ataduras, tanto Ismaé, como Lolo y Rafaé se creían que las sombras eran la realidad, y no lo que había fuera de la cueva. De esta forma:
Rafaé: Illo no vea er ciezo que tiene la sombra esa, en.
Ismaé: Que habla Faé picha, si está gorda.
Lolo: Illo dejarse de tontería y pasarse la litrito anda, que se calienta.
Total, que en una de estas hizo el Ismaé así, se movió dos o tres veces y consiguió desencadenarse.
Ismaé: Hostia... ¡¡HOSTIA!! ¡¡ILLO ILLO ILLO, QUE ME SORTAO!!
Lolo: Y este chavá tio, no se aburre ná, tate quieto ya carao.
Rafaé: Eh o no, sientate illo, siempre iguá dando er cante.
Ismaé: Illo en serio, soltarse, amo da un vuertazo.
Rafaé: A mí me deja rollo ompare, estoy aquí acoplaísimo.
Lolo: Aro aro.
Ismaé: Po yo voy a vé que hay por ahí.
Lolo: Po llévate esta.
Ismaé: No, que es chica y apesta.
Efectivamente, el Ismaé se fue a inspeccionar el panorama. Mientras tanto, el Lolo y el Rafaé:
Lolo: Que chavá ompare, no se puede está quieto. Se cree que se vá a encontra algo por ahí, er personae.
Rafaé: Ya vé. Se va encontrá un nabo. Dame la litro, anda.
El Ismaé, mientras tanto, observaba el interior de la cueva y logró encontrar la salida. Vio la luz del Sol, pero quedó deslumbrado tras tanto tiempo en las tinieblas y no era capaz de ver la auténtica realidad. Pensaba para sus adentros: "Fó, no veo un carajo picha, a sabé lo que hay por ahí. Quién me mandaría a mí salirme con lo agustito que estaba adentro con esta gente. Paso en verdá, me voy pa entro otra vé". Sin embargo, justo antes de irse, comenzó a ver cada vez con más nitidez lo que había fuera de la caverna. Pudo ver a la gente, los objetos y los animales. Pudo definitivamente ver la luz del sol, las montañas y un río. Pensó para sus adentros: "Hostia... ¿mentira, no? hostia nos vemo, via decírselo a esta gente". Entonces, fue corriendo hacia dentro a buscar a sus colegas para contárselo. Allí seguían ellos terminándose el litro de cerveza.
Ismaé: ¡¡ILLO!! ¡¡ILLO!! ¡FLIPA! ¡INCREÍBLE OMPARE!
Rafaé: Qué hace tio, que te pasa. Encima ta queao sin litro, por caraote.
Ismaé: Illo, no se lo vai a creé tio, vaya locura.
Lolo: Pero qué pasa ompare, habla claro.
Ismaé: Illo que me he salío pafuera y no vea. Ahí atrás hay una peazo candela y tó lo que nosotro vemo son las sombra de cosas y gente como nosotro que están pasando por detrá.
Lolo: Questablando tio, con las paranoia. No me ralle anda.
Ismaé: Illo por mi mare, hacerme caso picha. Las mujere son de carne, hay dos o tres que flipa, están que te caga. La rubia es mía. Hay de tó, tio.
Rafáe: Ji, de carne.
Ismaé: Ojj, po ná mamón, ustede se lo perdei.
El Ismaé se va y vuelve a salir afuera de la cueva para seguir investigando, mientras se dice a sí mismo: "Vaya tela con esta gente picha, no se les puede decí ná. No, si ar finá el loco soy yo siempre". Mientras, en el interior de la caverna:
Lolo: Está pesaito er nota este en, con lo engloriao que estamo aquí.
Rafaé: Dejalo tío, po no sabe como es, que paje que tiene ocho año.
En este momento, el Ismaé vuelve a donde sus amigos con una llave inglesa y un rotaflex:
Ismaé: Illo ompare que se vengais, que ahí fuera esta tó guapísimo cojone, no seai mas cabezone.
Lolo: Que hace tio, suerta eso.
El Ismaé se acerca a sus colegas e intenta desencadenarlos con los artilugios que había traído de fuera.
Rafaé: Illo Ismaé, que te esté quieto, chiquillo.
Lolo: Ira Ismaé, no te lo digo má, como siga embolicando cojo er rotaflé y te rajo er pescuezo, jartible.
FIN
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