Pues eso. Qué alegría de verano, qué bonito es vivir cuando no tienes ninguna obligación quitando el hacer la cama por las mañanas y colgar la ropa que vas acumulando en tu silla día tras día. He llegado hace un rato de Chipiona de estar con mis tíos disfrutando de un caluroso día de playa y al llegar y preguntar qué planes había para hoy, me saltan mis amigos con ir a una fiesta sorpresa que le han organizado a otro colega. Diez euros, dos consumiciones, mis padres me acaban de dar la paga y he hecho cuentas y me sale, porque mañana nos vamos todos al Puerto de Santa María que un amigo tiene una casa. Echaremos el día en la playa, saldremos allí por la noche y dormiremos (o no) en dicho hogar. Para colmo, he cogido hasta colorcito y ya va uno como más motivado para un evento de este tipo, que normalmente acaba siendo una fiesta normalita ya que suele ser más una reunión de amigos con música para los más bailongos.
Llevo un veranito bastante movido y creo que estoy haciendo bien, que el año que viene me espera un durísimo curso de 2º de Bachillerato con la Selectividad a la vuelta de la esquina y un segundo curso de inglés en la Escuela Oficial de Idiomas... habrá que disfrutar lo que me queda, que todavía me queda, aunque los pasos del 15 de Septiembre se oigan cada vez más cerca... qué miedo me dan.
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